ARTES Y ESPECTACULOS
Córdoba, República Argentina.
Domingo 27 de junio de 1999.
CANCION INFANTIL
Las voces del futuro tienen quien las cuide
Ayer, al cierre de esta edición, en la Sala Mayor del Teatro del Libertador,
el Cuarto Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y del Caribe
llegaba a su fin. Si bien hoy restan algunas presentaciones en el interior
de la provincia (Cántaro en Unquillo y Rodapiao en Bialet Massé), el concierto
en el que se rindió homenaje a María Elena Walsh, Leda Valladares, Violeta
de Gainza y al maestro Herbert Diehl, cerró la primera edición argentina
del importante encuentro que, desde 1994, cada dos años se renueva en
algún país latinoamericano.
En el 2001, la sede se repartirá en un par de ciudades colombianas, mientras
tanto los cordobeses, que tuvimos el privilegio de asistir a tan enriquecedora
experiencia, debemos estar agradecidos. Más allá de los aciertos y fallas
organizativos, el encuentro permitió a especialistas y público en general,
llegar a la tranquilizadora conclusión de que los verdaderos "creadores",
aquellos que bucean en sus sentimientos, raíces, conocimientos, etcétera,
no sólo no desaparecieron, sino que están cada vez más activos.
Frente a los embates de las propuestas que los niños receptan de los medios
de comunicación (léase Caramelito y vos, producido por Reina Reech, o
Chiquititas, de la mano de Cris Morena, entre otros), la posibilidad de
corroborar que un movimiento de las características y el nivel artístico
del que pasó por Córdoba está en plena expansión, resulta reconfortante.
Quienes aún permanezcan escépticos, quizá se rindan ante la contundencia
de las cifras: 360 asistentes, 30 conferencistas y talleristas, 500 niños
actuando (participaron chicos de Rosario, Catamarca, Río Tercero, Canals,
Cruz del Eje, Córdoba capital y mejicanos) y tres mil niños espectadores,
más los adultos que los acompañaron y se sumaron gustosos a las actividades,
no dejan resquicio para la duda.
Al decir de María Teresa Corral, "son fantasmas que no aparecen en
televisión, pero existen: hacen sus recitales, tienen su público y estimulan
la escucha y la sensibilidad con climas donde la alegría no se confunde
con la histeria y la participación no es sinónimo de la imitación".
Salvando algunas pocas excepciones, las palabras de Corral ilustran a
la perfección el trabajo que grupos y solistas de Argentina, México, Venezuela,
Uruguay, Colombia, Brasil y Perú ofrecieron a los niños y no tan niños
que se acercaron a escucharlos. Entre las propuestas, que fueron numerosas
y diversas, se destacaron los excelentes espectáculos de Rodapiao (Brasil),
El Taller de los Juglares (Venezuela), Nueva Cultura (Colombia), Luis
María Pescetti (Argentina-México), Pro Música de Rosario y Los Musiqueros
(Argentina).
Ritmos de toda Latinoamérica cobraron vida en las voces de hombres, mujeres
y niños, acompañados por instrumentos característicos de cada región,
convencionales y construidos. Diversión y aprendizaje se fundieron en
cada oportunidad.
El crecimiento sostenido que desde 1994 hasta la fecha maniene el movimiento
de la canción infantil obliga a ajustar los mecanismos de una edición
a otra. La sede de Patio Olmos, lugar que nucleó el mayor porcentaje de
público, funcionó sólo hasta el día jueves. El resto de las jornadas,
los asistentes sufrieron la falta de un espacio de referencia. Los grupos
que actuaban en salas alejadas del casco céntrico, como la Capilla Histórica
Quinta Santa Ana, "suplicaban" a los espectadores que desbordaban
el shopping para que asistieran a sus conciertos. Algunos recitales tuvieron
muy pocos niños entre los espectadores, en su mayoría adultos asistentes
al evento.Además de los plenarios, no existieron espacios pensados para
el "encuentro" y la superposición constante de espectáculos
lo impidió aún más. Sin embargo, los desajustes no empañan la encomiable
tarea que realizó la Fundación Takian Cay, entidad organizadora del evento,
y los entes que la acompañaron. El esfuerzo fue premiado con el agradecimiento
de los asistentes y la trascendencia que consiguió este memorable encuentro.
A partir de ahora, la energía de los incansables creadores se dirigirá
hacia la nueva meta: el segundo encuentro nacional. Las probables sedes
son La Pampa y Necochea. Estemos atentos a los ecos de las próximas melodías.
Cecilia Córdoba
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